Estaba a mitad de un combate a vida o muerte: los sables bailaban alrededor al son de nuestros brazos y mentes. En fracciones de segundo debíamos decidir si esquivar, atacar o defender. Era un combate arduo, pero tuve la idea ganadora: Hice un placaje contra él con todas mis fuerzas y lo tiré al suelo. Acto seguido le puse la punta del arma en la yugular y dije:
-¿Tus últimas palabras?-
-¡Pero por el amor de Dios, que sólo tenéis doce años, dejad de pelear ahora mismo!- Dijo mi madre.

Entonces pensé: ``nota mental, no pelear delante de mi madre´´.

La chica observaba como el agua del río fluía. Al apartar la mirada pudo ver una escena cruel en la que unos policías le pegaban y gritaban maldiciones a un androide. Cuando esto cesó, el androide localizó a la chica y se dirigió hacia ella.

“Todo el mundo dice que no tengo un corazón.”

Dijo el androide desahogándose. La chica lo miró con algo de pena, aunque su expresión se volvió seria al instante.

“Se equivocan. Tú tienes más corazón que esas personas. El corazón no es sólo un simple órgano, sino el ejemplo de cómo tratar a los demás.”

Una princesa encerrada en su castillo, llevaba ya esperando una década a que llegase su príncipe salvador. Sus padres se lo prometieron a los 18, pero esta princesa ya tenía 25 años. Cansada de la espera, decide marcharse por su cuenta en busca de un amor. Encuentra todo tipo de flores y cosas preciosas, pero algo va mal, nota que la observan. Examina el paisaje y bucea por un río profundo. Entonces despierta en una clínica, no era real. Y escucha -“ ha pasado la prueba, empecemos con la segunda”