El móvil era mi vida. Me despertaba con él y me acostaba con él. Las redes sociales, los mensajes, las noticias, todo estaba ahí. Hasta que un día, un virus me dejó sin batería. Sin móvil, perdido en la ciudad, comencé a ver la vida real a mi alrededor. Vi rostros, sonrisas, escuché risas, olores y sabores que nunca antes había percibido. Me di cuenta de que estaba lleno de conexiones falsas y de que había estado ignorando lo que realmente importa. Desde ese día, decidí desconectar de todo y conectarme conmigo mismo. Y ahora, estoy más vivo que nunca.

El amor más cálido a veces puede convertirse en cenizas. No te aferres a ello, avanza y perdurarás. El agua alimenta la llama. Recuerda que el destino es quien baraja tus cartas. Recuerda que las llamadas de empatía han de ser respondidas, y el hombre que habla con las manos ha de ser ignorado. No lleves capucha, mantente en la balanza de la justicia. Tus acciones son tus remos, recuérdalo.

Un atardecer sentados en el césped verde reflejado en sus ojos,viendo cómo el cielo iba reuniendo colores más cálidos mientras se ponía el sol, apoyada en su hombro levanto la cabeza y nos miramos,de repente era una noche estrellada hasta que lo vuelvo a mirar y desapareció.